Fanatismo Religioso

Fanatismo Religioso
Por Jonás Herrera

La intolerancia que vemos hoy de tantas personas en aceptar tan solo la discusión sobre los argumentos de la moral cristiana van más allá si el estado es laico, muchas de estas personas esgrimen argumentos débiles y repetitivos que más tienen que ver con una profunda [CRISTOFOBIA] ahora galopante en nuestra sociedad, el resultado es que terminan haciendo lo mismo o algo peor de lo que dicen repudiar. Hay en el ambiente un sentimiento de gran hostilidad hacia el cristianismo y por extensión al cristiano como persona, es por cierto esta retórica la que hoy en día parece ser una de las más intolerantes corrientes. 

La concepción del pensamiento cristiano en cuanto a su conducta ética está fundamentada en buena medida en la moral objetiva, esta ha sido explicada en cientos de escritos elaborados por filósofos y pensadores de todos los tiempos, y aunque este pensamiento puede y debe estar sujeto al debate no tiene por qué ser equivalente a “fanatismo religioso” el cual por definición  alcanza tan solo a aquella persona que: defiende una opinión con pasión exagerada e irracional sin respetar las creencias y opiniones de los demás. Sin embargo hoy día, en Latinoamérica parece más agresivo hasta de moda el fanatismo anticristiano sea naturalista o yoísta, ese que busca descalificar sin buenas razones y pensamiento crítico todo lo que huele a cristiandad. Ahora bien, es un derecho, puedes creer en algo o no creer y en este sentido puedes desestimar la teología moralla salvación su relación con Dios, puedes dudar de Jesucristo o que la vida humana tiene un propósito eterno, es tu derecho opinar que Jesús es tan solo una leyenda, ahora, lo que no puedes o por lo menos no deberías permitirte es no pensar sobre ello, debatirlo si, pero también respetarlo. Esto aplica en sentido inverso para todas las creencias, ideas y concepciones de mundo.

No obstante, llama la atención y hasta parece estar de moda, el profundo odio de muchas personas al pensamiento cristiano, ¿a caso estamos ante una nueva inquisición?, pero esta vez una inquisición anticristiana que tiene por objeto atacar sin piedad y sin razón a los que profesamos esa fe. Ser cristiano no corresponde a ser intolerante, aunque cierto es que muchos lo son y ni cerca estoy de pretender negar que este es un problema real, por lo que mi argumento camina en el sentido que tan fanático y dañino a la sociedad es el que carga la piedra en nombre de Dios, como el que la carga en nombre de los derechos humanos, el humanismo o la laicidad. La tolerancia no ha de ser entendida necesariamente armónica al pensamiento relativista, ya que la sólida defensa de nuestras creencias y la vivencia de estas es un derecho que todos tenemos, y es ahí donde las ideas y pensamientos deben cobrar importancia. Deduzco entonces que aquel que no piensa será el más intolerante, aquel que no se permite cuestionarse y ser cuestionado será el más insolente, y solo aquel que agrede sin razones sea cristiano o no, será el fanático. Al final siempre será el que más grite el que menos argumentos tenga. 

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