La Bella, la Bestia y la censura
Ayer conocimos la
petición de una diputada para que se prohíba la exhibición de esta película para
menores de edad por poseer, según ella, ilustraciones explícitas de contenido homosexual. El
debate llegó ayer a ser tendencia en las redes ¿el debate?. Bueno creo que justo eso es
lo que falta en nuestra sociedad, debate, y me parece que hay muchos argumentos
simplistas sobre el tema.
El debate sobre la
censura ha ocupado a sociedades y gobiernos desde la antigüedad, es por eso que
desde mi opinión el gran tema a debatir no debe ser la película de turno y
menos el tema homosexual, dicho sea de paso quien lo puso en la palestra fue el
propio director Bill Condon cuando dijo innecesariamente en una entrevista y
cito “La bella y la Bestia tendrá el primer momento gay de una
película Disney”, El director tendrá sus
propias razones, a mi parecer más de marketing y ego que de reivindicación. Sin
embargo al intentar aproximarnos a una seria discusión el objeto del análisis
debe ser, la censura y no el tema gay u otro controversial, de no hacerlo así el pensamiento se extravía con facilidad dando a
luz argumentos e ideas muy elementales como por ejemplo y cito dos que leí: “Si
censuran esta película que también censuren todas las que instan a la violencia” o esta otra “Vivimos en el país más violento del mundo y
estamos pensando en censurar a Disney, genios”.
No lo haré, aunque es
posible argumentar sobre la manipulación que se hizo al
cambiar la icónica historia original donde Leo Fou no es gay sino mas bien el
faldero de Gastón, pero el tema que me invita a escribir mi argumento es la
censura estatal ¿por qué existe?, ¿qué fin persigue?, ¿sirve para regular la moral
social? y si en la era post moderna y digital ¿debe continuar?. Hablamos de
esta era donde el contenido puede ser encontrado o mejor dicho nos encuentra de
todas formas, y el mismo es imposible controlarlo por ley. Un ejemplo de esto
es que el tan solo nombre de censura nos hace buscar con tal morbo hasta que
encontramos el contenido sea como sea y donde sea. De hecho ya circulan clips
especialmente editados sobre el supuesto “momento gay” que menciona el director Condon. Debemos preguntarnos entonces ¿cuál
censura en tiempos de internet? y cuestionarnos por lo menos si es inteligente que
nuestros impuestos apoyen una institución que intenta censurar contenidos
utilizando un reglamento de hace 50 años cuando la práctica actual atestigua que es imposible
hacerlo ¿no?.
Aunque parezca
superficial pero no lo es, el gran problema no lo genera la censura en si
misma, sino la censura previa que es la que el estado aplica en el
caso de El Salvador por medio de la Dirección de Espectáculos Públicos, la
censura previa tiene el poder de aprobar o prohibir determinado material antes
de hacerse público. El objetivo “se supone” es proteger a la sociedad de
escuchar o ver materiales que son perjudiciales pero, ¿sin previo juicio de
esta?. La historia con certeza muestra como la censura previa ha tenido como
fin contar un lado de la historia colocándola como verdad absoluta. La censura
previa históricamente ha sido una poderosa arma de propaganda y de
adormecimiento de los pueblos, y en nada a contribuido al cuido de valores,
principios éticos, morales y/o cristianos que supone proteger ¿por qué debería hacerlo ahora? De hecho la
iglesia tradicional ha utilizado la censura previa para tapar escándalos
propios y los gobiernos para mantener en letargo a naciones, y muchas iglesias protestantes no están libres, ya que con un manejo astuto de doble moral reclaman censurar un contenido pero permiten otros ya sea por conveniencia, por pereza mental o por nulo estudio teológico, parece que les afectara mucho más el pecado del
vecino que su propio pecado.
Mi opinión concreta al
respecto es que no debería existir censura previa en el cine, hago esta
diferencia ya que la TV debe tener tratamientos distintos al ser una señal
abierta y concesionada, de hecho en algunos países como Estados Unidos o
Argentina la censura previa está prohibida a nivel Constitucional. Si creo
prudente utilizar la censura previa cuando una publicación de información afecte la seguridad nacional plenamente verificada, o cuando el contenido ponga
en peligro derechos inalienables, en el caso del cine no como consecuencia de
la narrativa sino como guía y motivación a romperlos: Por ejemplo, estaría de
acuerdo que se censure previamente una película donde se den, en forma de guía
consejos para suicidarse y de forma explicita se sugiera que el suicidio es una
forma moral de escape.
Aunque mi motivación es
la censura y no el tema de la homosexualidad para el caso es imposible salirse
sin subrayar que: Aunque no creo tener todas las respuestas considero tener propios y validos argumentos sobre las relaciones sexuales entre personas del
mismo sexo, tengo y trabajo con compañeros gay y lo hago como dijo el teólogo inglés
James Alison de manera serena, sin resentimiento, ni beligerancia, sin
aspavientos, ni heroísmo de querer cambiarlos pensando que soy moral y éticamente superior, No. Sin embargo soy claro en aducir que no lo
comparto, y que si bien el término amor no se puede aplicar solo al campo de la
sexualidad o al amor heterosexual hay reales diferencias entre el amor (eros, philial, agape) por ello tengo sólidas convicciones para pensar que el amor "eros" fue creado para ser compartido y disfrutado solamente entre
personas del sexo opuesto, hombre y mujer, esta es mi creencia.
Pero creo, que la exposición en el cine de dilemas
éticos, homosexuales, heterosexuales, de violencia, familiares, dilemas filosóficos o
metafísicos no deben ser elegibles a la censura previa, es más, no hay ninguna
evidencia que este tipo de censura ayude en nada para que nos convirtamos en
mejores seres humanos y mucho menos en cristianos. Finalmente pienso que la
censura previa del estado intenta sustituir, por cierto sin éxito, el pobre
papel que los padres hemos realizado con nuestro hijos, siendo en verdad el núcleo del problema. La censura previa, en todo caso, debería ser potestad de los padres, que más que censurar deben discutir, guiar y mentorear.
Y si
los que piden la censura de esta película manejan una coherencia por lo menos
mental, debieron pedir también censurar para los menores películas como Cars 3 que
presenta violencia emocional o Rogue
One una película de guerra con alto contenido bélico, y podría continuar.
Finalmente el planteamiento aunque parece risible es profundo al pensar en la historia
original de la Bella y la Bestia, ya que vemos claramente propuesta una
relación zoofílica y de bestialismo, yo pregunto
entonces ¿desde el juicio moral de la iglesia o la diputada que piden la
censura qué es peor, la relación hombre con hombre o la relación mujer con
animal?. Esta ironía desencadena otro debate mayor, a caso ¿tenemos niveles de
moral?, ¿manejamos dos discursos en cuanto a la ética cristiana?, ¿dónde están
los padres en este debate, son acaso espectadores ausentes?, ¿quién debe decidir que ven nuestros hijos?, ¿Cuál debe ser el rol del estado ante una sociedad con padres ausentes?.
¿Y ustedes que opinan?
Comentarios
En pocas palabras ��
Aunque se pondrá peor cuando en un futuro cercano este mismo caso pasará en la mayoría de las series infantiles (televisión abierta) y muchas veces no estarán los padres lastimosamente.