Ley de paridad de género (legislando lo absurdo)

Javier Rosales regresaba a casa junto a sus dos pequeños hijos, Fernando de cinco y Luisa de ocho, ni tiempo tuvieron de saborear el helado recién comprado por su padre cuando una enorme rastra embistió el auto en que viajaban. Javier salió ileso, pero no sus dos hijos, que ahora se debaten entre la vida y la muerte. Los minutos apremian, ambos niños son trasladados al hospital más cercano, los médicos advierten que de inmediato deben entrar al quirófano. Rosa, quien ese día hace guardia en la enfermería busca incesantemente al padre, y es que por lo delicado de la operación Javier debe dar los permisos, y además por temas de seguros tiene que elegir quién de los cuatro médicos de turno realizará la operación.



Rosa finalmente encuentra a Javier en un pasillo, está tirado en el suelo, exhausto, sus lágrimas humedecen su mirada perdida, Rosa lo toma de los hombros, lo agita para que vuelva en si y le  dice que es importante que de inmediato elija entre los cuatro médicos cirujanos, la enfermera le entrega la lista que encabeza el Dr. Fernández con 2 años de experiencia como cirujano general, le sigue el Dr. Clará que tiene dos meses recién llegado a esa unidad, continúa la Dra. Mendoza que es neurocirujana pediatra con un postgrado en traumatismos y con 15 años de experiencia, y cierra la lista la Dra. Solís jefe del departamento de cirugía con 27 años de experiencia en el quirófano.

Javier a penas puede mantener la concentración, su mirada divaga entre los nombres pero se decide por la Dra. Solís, y no era para menos, ella es la jefe de la unidad y quien sin duda carga con más años de experiencia, Javier apenas con aliento logra esbozar:

—Ella, la Dra. Solís, ella es la más capacitada para operarlos.

Rosa rápidamente hace que Javier firme el documento de aceptación, pero enseguida se detiene advirtiendo algo, le dice:

—Aguarde, deben ser dos médicos.

La enfermera le explica que debe elegir a dos médicos, ya que por la gravedad de las lesiones las operaciones deben ser realizadas de forma simultánea. Javier esta vez más lucido hecha un vistazo de nuevo a los nombres y perfiles de los tres médicos restantes, de forma rápida se percata que la Dra. Mendoza, es neurocirujana-pediatra y también cuenta con mucha experiencia:

—La Dra. Mendoza —dice Javier, apresurándose a tomar la pluma para firmar. 

Pero Rosa toma la mano de Javier deteniéndole, y le aclara que su elección no es posible, sí, no es posible debido a la ley de cupo, la enfermera le reconviene para que escoja a un médico hombre de la lista. Javier visiblemente alterado se pone de pie y levantando la voz grita:

Usted está jugando conmigo, mis hijos están muriendo, y estamos discutiendo sobre el sexo del médico que los debe operar. Quiero elegir al que yo quiera, son mis hijos no lo entiende. Sus gritos se escuchan por todo el edificio.

Rosa le alega que no es posible y que debe elegir rápido ya que no hay más tiempo, aduce que debido a la reciente ley aprobada de paridad de género(1) no pueden discriminar, y si ya escogió a una mujer ahora debe escoger a un hombre: 

Señor Rosales, escoja ya entre los dos médicos masculinos le dice Rosa de forma enérgica, sepa que para este hospital alcanzar la paridad de género no es opcional, además estamos comprometidos en dar pleno cumplimiento a los derechos de las mujeres y de los hombres por igual. —sentencia.

¿Se entiende?, ¿le parece absurdo?

Bueno, es que la ley de paridad de género o ley de cupo lo es,  es tan absurda como (ver video) Esta no solo fomenta la mediocridad privilegiando a los menos aptos en los cargos, sino y en definitiva, atenta directamente con las libertades de  elección que tenemos los ciudadanos. Además crea una élite de trato diferenciado de unas personas con respecto a otras ante la ley.

El ejemplo de Javier  es valido como un argumento análogo del adefesio que los ideólogos de género buscan con esta ley dentro del gobierno, dicha legislación ciertamente no pretende velar por los derechos de la mujer, por el contrario, es en materia política ideología de género pura, la cual pretende llevar a cabo una re ingeniería social con propósitos políticos siniestros, estos grupos utilizan una dialéctica confusa y mentirosa: "Es para reivindicar los derechos de las mujeres" dicen, embaucando a las manadas con menos criterio, así estos agitadores de género, entre otra sarta de mentiras hacen sonar la propuesta políticamente IN. Pero estas iniciativas atentan con la libertad que debe tener el votante de elegir a quien le plazca, y en todo caso, es el ciudadano quien debe buscar a candidatos con los mejores atributos para un cargo, independientemente de su sexo. Estas mañosas propuestas precipitan otras consecuencias: Si cada cosa que hagamos la tenemos que reglamentar en función del sexo disque por defender los derechos de las minorías oprimidas por el Heteropatriarcado(2), entonces, siguiendo este  argumento, también debemos abrir cupo para retribuir a otras minorías sea cuales sean estas, y ¿por qué no abrir también cupos políticos a los que se consideran  gatos(3), o a los de género no binario?, es decir aquellas personas que no se asimilan en los espectros del sexo (masculino y femenino), tal es el caso de la actriz  Asia Kate Dillon, quien se auto percibe no binaria, por cierto cuando a ella se le preguntó si quería competir como actriz o como actor de reparto, Dillon envió una carta a la Academia de la televisión cuestionando las clasificaciones basadas en el género de las categorías femeninas y masculinas, y finalmente le dijo a la academia: "no hay lugar para mi identidad dentro de ese sistema binario de premios"(4)

Esto ya es una locura, ahora imagina: ¿qué sucede cuando el derecho a la auto percepción se convierte en ley,? exacto, ya no hay ninguna regla, ningún límite natural o biológico que respetar. Sin embargo los propagandistas de la ideología de género quieren anular nuestros derechos individuales y civiles como es, el derecho que tenemos hoy libremente de elegir y ser elegidos. (Y por cierto, sobre el tema de Dillon: respeto totalmente la auto percepción que cada persona tenga de si misma, siendo parte elemental de su fuero íntimo, pero en ningún caso concuerdo que esta debe ser legitimada por el estado. Que el gobierno obligue a los ciudadanos por norma aceptar las  fantasías de otros, y además nos conmine a financiarlas con los impuestos, es un acto opresor y violento)

El artículo 3 de nuestra Constitución dice que: Todas las personas son iguales ante la ley. Para el goce de los derechos civiles no podrán establecerse restricciones que se basen en diferencias de nacionalidad, raza, sexo o religión. Y justo eso pretende esta ley, privar de derechos civiles a las personas otorgando cuotas y cargos por ley únicamente por su sexo. Además ¿de qué derechos hablan estos instigadores? si hoy por hoy, y según estadísticas, de un total de 5,186,042 salvadoreños aptos para acudir a votar en las elecciones de marzo de 2018, el 53.2 % son mujeres y el 46.7 % son hombres(5). Entonces, siguiendo la lógica de paridad de género, podríamos proponer que para ser igualitarios debemos quitarle al padrón el excedente de mujeres con derecho legitimo al voto, esto claro para igualar el número con relación al de los hombres, lo ven, es un total sin sentido. Pero los líderes de esta ideología no descansan y confunden con dolo re asignando significado a los términos discriminar, igualdad, equidad, etc. Los mezclan a su antojo para engañar, obviando que una cosa es igualdad ante la ley, (que sin duda todos debemos tener), y otra es igualdad en los resultados, algo que es fruto del esfuerzo individual. La ley de cupo es una total contradicción, primero crea desigualdad ante la ley al impedir elegir y ser elegido libremente a un cargo,  segundo busca equiparar los mismos resultados, algo que es un disparate además de ser indecente. Los seres humanos, independientemente de nuestro sexo tenemos capacidades distintas, logros personales, experiencias únicas, y hasta distintas ganas de hacer el trabajo. La paridad de género lo único que equipara es la mediocridad, lo común y lo mezquino, repartiendo puestos a personas que no tienen las adecuadas competencias. Eso si, suena re lindo  para ganar votos y ostentar el poder manipulando.

Por otro lado, ¿qué impide en este momento que las mujeres ocupen el 100% de los cargos si son más capaces?, en cambio esta ley asesinaría la libertad que los ciudadanos tendríamos de elegirlas. En todo caso, concediendo que es cierto que hay estereotipos a favor de los hombres, pero reconociendo también que lo mejor para El Salvador es tener en el gobierno a los más aptos, por qué no proponer una ley para que los partidos elijan internamente candidatos sin conocer su rostro, su nombre y sin conocer el sexo del postulante, ¿por qué no? proponer una ley que obligue a elegir funcionarios en el gobierno pero teniendo en cuenta únicamente el perfil más adecuado, útil y capaz, sea este hombre o mujer. ¿Por qué no? pasar una ley donde el baremo sea exclusivamente la meritocracia. En definitiva, una ley que sin el sesgo del sexo  obligue a escoger funcionarios por sus méritos e idoneidad. Pero un momento, eso no trae votos, eso no está IN, y por esto tampoco llegarían los dólares de Ong's foráneas que financian la agenda de los activistas de la ideología de género, y tampoco esta idea conviene a los políticos actuales acostumbrados a elegir a sus compinches para hacer sus amaños.

Cómo terminó la historia de Javier
Bueno los hijos de Javier ya están fuera de peligro, cuenta la leyenda que el médico tuvo que declararse agénero(6). Sólo así, los ideólogos le permitieron entrar al quirófano a  salvar una vida. plop

Fuentes:


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